Manuel Padorno: Playa del Inglés. Un poema de la Turisferia

En estos últimos días se ha expresado públicamente en las calles de Canarias, y en unas cuantas más, la tensión entre el negocio turístico global y sus efectos en la vida de las comunidades, de las personas, y la propia de la discusión sobre el reparto que la riqueza que ese negocio genera. Y esto ha venido a coincidir (coincidencia personal, poco relevante, si quieren) con que llevo un tiempo a vueltas con un ensayo recientemente publicado en la colección Clavijo & Fajardo del Gobierno de Canarias: Turisferia, del poeta, ensayista, crítico de arte y, sobre todo, dinamizador cultural, Samir Delgado. De hecho ya lo mencioné en la entrada anterior, alrededor de Wet Floor, el también reciente libro de poemas de Beatriz Aragón.

Turisferia gira alrededor de un nuevo fenómeno social y, por tanto, cultural: la ciudad turísitica global como espacio (lugar-no lugar) que determina el presente de nuestras sociedades, una vez que los que podríamos denominar «espacios turísticos clásicos» (esos «ghettos para turistas» que brotaron en décadas pasadas en las costas de los países del sur, fundamentalmente) han reventado sus límites de modo que decir «ciudad turística» se ha convertido casi en una redundancia, en un mundo en el que todo es susceptible de convertirse en (y empaquetarse como) en esto que ahora llaman «experiencias». En ese magma de movilidad ociosa pastoreada por las grandes empresas del sector y sus llamados «inlfuencers», Delgado, hijo de una de aquellas viejas zonas turísticas cuya seña de identidad es/era no tener ninguna, sabe que hay vida humana creativa operando, y a ella apunta en su Turisferia.

Y ahí me he encontrado con este poema de Manuel Padorno, un fogonazo sobre todo este asunto, dejando anunciado que volveremos sobre el Turisferia de Samir Delgado, más pronto que tarde:

PLAYA DEL INGLÉS

Manuel Padorno "La palabra iluminada", Cátedra 2011.

Una larga cinta de arena blanca al sol,
una larga cinta tendida al aire.
En ella entra desnudo un hombre europeo.
Entra cálidamente como en la selva.
Cuerpos blancos de leche.

Cuerpos que se derraman. Una muchacha corre. Bañarse
en el mar ahora parece un rito.
Entrar en el agua una ceremonia.

La ceremonia culta. Ecclessia de la playa.
Cuerpo tendido al sol quemado se tornea.
Cae la tarde. Se incorporan. Suben calle arriba,
trepan las escalinata, el fuego.
El hotel tiene preparada la ducha, la cena.
Por la ventana del comedor se ve la luz. Ha
terminado un día de sol.

Es un invierno crudísimo. Al precio.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑