Esto se trata de un rescate. Las rimas del MC Ausente formaron parte, primero que nada, de un experimento. No concibo la poesía sin un cierto factor de juego, de riesgo formal, y acercarse al mundo del rap en español, ver qué se cocinaba y darle unas vueltas me parece que está en la tradición de la poesía que quiere ir más allá de la cajita solemne o inane en la que se la quiere, precisamente, encajar, de acercarse y apre(he)nder de las rimas, las coplas, las canciones populares. El experimento se fue desarrollando en un blog en Tmblr ya desaparecido, de ahí saltó a Coltán, y, por tanto, unos años después, a la Trilogía del Temblor.

Esto fue hace doce años y pico, porque el tiempo nos atropella sin darnos cuenta, y me ha apetecido que estuvieran más accesible, más a la vista, y si algún o alguna DJ con flow quiere meterles mano, simplemente que me lo comente, que seguro que haremos amistad.
Acá están las rimas completas del MC ausente y acá les dejo el fragmento inicial de la primera de ellas.
INTRO “ATENCIÓN: « Todas las personas dentro del edificio de la Cía. Telefónica de Nueva Inglaterra, están obligadas a llevar sus identificaciones en lugar visible (CCP, Sección 2, pag. 1). Los visitantes, vendedores, contratistas y demás están obligados a llevar de forma visible el pase diario. Gracias. Kevin C. Stanton, Coordinador de Seguridad del Edificio» Fuera, doblando la esquina, hay una puerta con apertura antipánico, otra puerta de entregas, cerrada. Alguien ha hecho una pintada con spray sobre ella con una única palabra en cursiva: FURIA” Bruce Sterling, The Hacker crackdown, 1993. CUERDAS Esta es la tensa tanza de la que cuelga la venganza mientras la piedra en el aire baila su danza y los coches arden arden los coches y son estrellas en la noche. A veces mola mola ser el ciego con la pistola a veces el hambre se resuelve en alcohol gasolina y sangre. La ola de los invisibles muertos la sombra de los caídos de los niños perdidos a las puertas del geriátrico hogar de los apáticos crecidos en su pánico cocidos en su líquido amniótico en su afán patético de gorditos famélicos tratando de correr arrastrando la panza porque la ola ya viene ya viene ya viene y les alcanza. (...)
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