Barrunto

Una de las cosas que más envidio de los músicos (entre tantas) es la capacidad / posibilidad de trabajar en equipo: que llegue uno con un borrador de melodía, la comparta y otro diga: «vale, pero yo cambiaría esto» y otro: «vamos a añadirle aquí esto y aquello y vemos qué tal suena…» y al final surja un tema, una canción, tal vez basada en buena parte en aquella idea inicial, pero evolucionada gracias al trabajo, a la aportación de los demás. Lo envidio porque creo que es una manera muy divertida de trabajar.

En el terreno poético tuve la suerte dr vivir una experiencia similar con mis compinches del alma, Carlos Bruno y Ernesto Suárez, cuando produjimos Ruido o Luz, primero como un acto para el Museo de la Ciencia y el Cosmos de la Laguna, y después como libro, y creo que a los tres nos quedó la magua de repetir, en algún momento la experiencia.

Y por ahí vino la iniciativa de Carlos, abriendo una nueva colección en Cartonera Island, la colección 53, de la que ya hablé acá cuando se abrió con su primer libro de poemas en comandita: Días de tortugas e hipopótamos. Días de tierra, agua, aire y, a veces, fuego  de Ernesto Suárez y Cecilia Domínguez Luis. La colección se propone acoger obras de couatoría y complicidades, con la intención de explorar territorios que vayan más allá del tradicional aspecto solitario de la cocina de las y los poetas. En esta colección queremos que varios poetas se arremanguen para trabajar juntos en proyectos de obra común, compartida, coautoral. Mil ideas caben acá: la respuesta de una poeta al estímulo de otro, obras en la que los poetas se «meten mano» a los versos de cada cual hasta volver la autoría indistinguible, conversaciones, peleas…Todas las cosas que pasan en una comunidad.

Y, bien, ya tenemos segundo número de la colección: BARRUNTO escrito por Yaiza Martínez y por mí: un poema a tres voces (la del poeta asustado, la del coro del patio y la de la poeta invitada), lo que dicho así parecería que cada cual ha trabajado sobre la suya y después se ha hecho el mix, pero no, hasta el propio título ha sido objeto de conversación y acuerdo. Y, finalmente, ya se ha convertido en libro cartonero a través de las artes impresoras de Carlos Bruno, y ya lo tienen en la web de Cartonera Island para descargarlo, leerlo y, si les apetece, fabricar su propio libro cartonero.

Les dejo acá los tres primeros fragmentos de BARRUNTO, en los que hacen acto de presencia las tres voces que conversan, se cruzan y casi se interrumpen alrededor de un tema omnipresente: el miedo, el miedo al futuro inmediato.

EL ASUSTADO

A todos desde el saludo automático, dijo mi amigo Carlos Bruno en 1982
A todas en la mirada frenética de quien lentamente se deshace, digo en 2022
A todes quienes tendrán que elegir entre autodefensa y holocausto
en manos de las milicias negras, del ustacha eterno, del falange infinito, del iman
que habita en las pesadillas de los amantes, de las amantes, de les amantes.

No quiero a nadie fuera de la modesta onda expansiva del poema.
Quisiera (ay) un decir
que atravesara las entrañas, un poema que de verdad volara las cabezas.


CORO

Ya iríamos recogiendo los pedazos
buscando un desorden aleatorio
un saludo nuevo y promisorio
que ilumine el país de los abrazos.
Robótico. Automático. Extático. Místico.

LA INVITADA


Mi propuesta, en cambio, es solo para este instante: repetir potaje y parto, por ejemplo.

O, en la encerrona de las tertulias, de verdad solo me apuran las corrientes calentadas que el océano remueve. Hace tiempo que cerré la ventana de la televisión.

Para el pequeño círculo, propongo poner el pan de la nada en el horno; y confiar en el eco.

No será nuestra primera Aniquilación. No llegará

en este preciso instante.

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