En la semana del Orgullo, dos poemas de Gi Hyeongdo

Este es otro ejemplo de trazo que de una trama te lleva a otra, de descubrimientos. Acabo de terminar de leer (habá que volver, habrá que releer bien a fondo) COSMOS, una obra magna de mi admirado Michel Onfray, un «de rerum natura», actualizado, epicureo y sanamente radical, un cofre lleno de referencias y descubrimientos, y entre la lista de pistas a seguir que hice mientras leía, apareció el nombre de un poeta coreano, que murió joven: Gi ( o Ki) Hyeongdo. Me llamó especialmente la atención porque, para qué mentirles, mi desconocimiento de la poesia coreana es total y absoluto, lo que no deja de ser una pena, viviendo en una isla con fuerte presencia de personas procedentes de ese país, tan cercano, por tanto, pese a su lejanía, u otro ejemplo de que, lástima, compartir calle no es lo mismo que convivir. También me llamó la atención que se tratase, no de la típica referencia a un autor de alguna antigua tradición oriental, sino de un tipo que pizco arriba, pizco abajo, venía a ser de mi generación.

Así que me puse a buscar por mi cuenta estos días, y me encontré conque Hyeongdo es un autor de referencia en la poesía moderna coreana, y en particular, en su muy escondida comunidad gay, lo que sin querer queriendo, que decía el Chavo, me lleva a estos días de visivilización, que coinciden también con el aniversario del brutal asesinato en A Coruña, de Samuel Luiz, que vino a mostrar a la vista las podridas tripas de nuestra supuestamente «tolerante» sociedad. Vayan en su memoria estas dos versiones al castellano (re-versiones más bien, porque parten de las que hizo en inglés Gabriel Sylvian en la estupenda revista australiana (otro hallazgo) Cordite. Mi coreano, como pueden imaginar, viene a ser «nivel medio» como decimos en España ;-).

Acá tienen una larga e interesante entrevista realizada a Sylvian sobre la figura de Hyeongdo. Sigamos luchando por un mundo en que nadie tenga que esconderse, en que la libertad no sea una palabra vacía en boca de vendedores de crecepelo, o de quienes, simplemente, la desean convertir en sólo un hábito de consumo.





DOS POEMAS DE GY HYEONGDO, trasladados al castellano desde las versiones en inglés de Gabriel Slvian

ESE DÍA

Las gotas de lluvia se abren paso por las rendijas de la vieja ventana en una sombría mañana de verano. En medio de la oscuridad del cuarto, Gim hace el equipaje. Lo primero que guarda la maleta es el alma de Gim. Nadie se asoma a la ventana. El día anterior, Gim dejó por fin su trabajo. Con el rostro inexpresivo, Gim mira la cama por un momento. La cama, que lo sabe todo, está en silencio. Por fin seré libre, susurra Gim para sí mismo, convirtiéndose, por fin,  en el centro del mundo.

Abadonaré para siempre esos caminos en los que me arrastraba. Elmando de mi vida ha pasado ahora de mi corazón a mi cuerpo, y me embarcaré en un largo viaje, muy lejos. Con cada camino que cruce, me llenaré de extrañas alegrías y horrores, y en adelante, ninguna lasitud volverá a gobernar mi lengua.

Haciendo acopio de todas sus sospechas, Gim lo recoge todo. La carretera húmeda que se ve por la ventana de la sombría mañana de verano está tan silenciosa como la cama. Finalmente, la puerta se abre, haciendo sonar un grito hueco en el pasillo. Por un momento Gim mira la carretera, sin expresión en el rostro. Gim cierra lentamente el picaporte. Al final, sus esperanzas y sus pasos caen. En ese instante, maleta golpea a Gim como si fuera un hierro. En ese punto brota un grito tan fino como el de una niña. No hay nadie alrededor. Las gotas de lluvia caen como un trueno sobre la cabeza gris de un eremita. 


UN LIBRO VIEJO

Es casi un milagro
que siga vivo.
Me estuve pudriendo durante lo que parecía una eternidad.
¿Cómo puedo predecir mi propia vida
en un mundo húmedo y oscuro

en un orden donde nadie se molesta en mirarme, 
en una esperanza vacía?
Hay quienes rápidamente copian algo
y codiciando los dominios ajenos
me atraviesan con sus marcapáginas.
Otros dicen que mi vida ha sido demasiado sencilla
que preciso más densas memorias.

¿Es realmente la densidad un problema cuando la perfección es tu objetivo?
Me he mudado varias veces, he vivido en diferentes lugares
pero nunca he pensado en la muerte. Mi carrera
se encuentra sólo en mi nacimiento. ¿Por qué?
Porque el miedo es parte de mí
y porque el futuro es mi pasado
El hecho es que yo existo, fíjate,
el valor, que cosa irresponsable.

Cada persona que me miró alguna vez
me dejó, mi alma
es, más que nada,  páginas oscuras, ¿quién la abrirá?
Pero en ese caso no tienen derecho a basarse en mentiras.
La mentira y la verdad deben soñar el mismo objetivo
y pueden encontrarse exactamente en la misma línea.

No creo en los milagros

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