Creo que quienes escriben obras de anticipación (especulativas, geopolíticas, ciencia ficción, cyberpunk, distopías varias, etc.) lo hacen mayormente para conjurar, en el primer sentido que de este verbo nos da el DRAE (Impedir o evitar con previsión una situación que puede resultar peligrosa) y no en el de invocación. Por eso, creo, cuando lo pensado indeseable sucede, no es posible evitar cierta sensación de doloroso fracaso.
En mi último La balada de los drones (y otros poemas de la Gran Transición) hay una sección de poemas procedentes de una guerra por venir. No se confundan, la verdad es que esperaba (y no dejo de temer) que el conflicto global rompiera por otra parte. Mi futuro como adivino es muy cuestionable. Se trara de poemas que emanan de la voz de un (o una) soldado de esa guerra por venir (que ojalá no). La guerra de Putin en Ucrania me pilló leyendo, como dejé caer en la entrada anterior, la trilogía de las guerras husitas de Andrzej Sapkowski. Y contrastando las descripciones de la guerra medieval que hace Sapkowski (un escritor de este siglo, por otra parte) con las noticias que nos llegan del Este, me encuentro con la idea de que poco cambia la guerra la tecnología, que es apenas un barniz, una nota de ambientación de una barbarie que nos acompaña como especie desde el principio de los tiempos, aunque no pierdo la esperanza de que seamos capaces algún día de dejarla atrás, tal vez en un nuevo salto evolutivo. Bueno, acá les dejo cuatro poemas de las Notas de Voz del/la soldado Yanes rescatadas de una microtarjeta de memoria, procedentes de una guerra por venir, o no, de La balada de los drones (y otros poemas de la Gran Transición).
V Entra en la cabina, ajusta los controles y en la medida que puede se acomoda. En el mapa brilla el objetivo y lo ve moverse en pantalla en tiempo real. Ajusta la mira, marca, pide aproximarse mas. De algún modo que no acaba de entender en su cara siente el aire y el fervor del vuelo lo acomete. Dispara: observa el trazo del misil y ve el humo del impacto aunque no le llegue un ruido. Objetivo eliminado: otra comprobación mas cerca: se recuentan los cuerpos desparramados. Suelta los mandos, abre la cabina, se seca el sudor, estira cervicales y hombros, va a tomarse un cafecito con los compañeros de oficina del cuartel general. XVII Doctrina de adiestramiento, por ejemplo: El enemigo se divide en dos: a) el enemigo en sentido estricto, con su armamento -que estudiamos-: uniformes, jerarquías, códigos comunes y al que aplicamos las llamadas Reglas de Enfrentamiento, b) y la población civil sospechosa que nos rodea o abreviando: la población. Con ese enemigo no hay reglas. XXIII Esperas, esperas esperas ordenes esperas mas datos esperas noticias esperas al enemigo esperas la lotería de una herida lo suficientemente seria para que te devuelvan a casa. Esperas que haya casa a la que volver. XXV En el segundo año de la guerra las mascotas resultaron ser una excelente reserva de proteínas frescas en las ciudades bloqueadas.
La crueldad dela guerra escrita en forma estatuaria, mirarla y nada más.
Me gustaMe gusta