Acabo de subir a los Poemas de la Transición un nuevo bloque, se trata de los SALMOS DE LA IGLESIA / SECTA / ESCUELA / COMUNIDAD / FUNDACIÓN / FAMILIA / PARTIDO DE LA UNIFICACIÓN (Datados en los años 1 y 2 de la Unificación). Se trata de una colección de diez (mas uno) poemas con un formato peculiar. Son fibs + fibs inversos, con la idea de producir un cierto efecto visual. En la presentación de estos poemas, se les califica como “textos, salmos de la confesión religiosa conocida generalmente como “Iglesia de la Unificación”, aunque con nombres diferentes en varias partes del mundo, corresponden a los años iniciales de su extensión, entre la primera y segunda tecnoguerras mundiales. Como sabemos, la Iglesia de la Unificación brota de las ruinas en que quedó el planeta tras la Primera Tecnoguerra, como una respuesta social a las causas que, según sus promotores iniciales, habían conducido a la humanidad a semejante catástrofe: el nacionalismo, el imperialismo, el racismo y la agresividad capitalista en su persecución ciega del beneficio inmediato. Surgida del movimiento espontaneo de resistencia que brotó en diferentes lugares del planeta y que consiguió, hasta cierto punto, imponer un alto el fuego duradero a través del bloqueo (las llamadas “Grandes Huelgas Universales”) de los sistemas de producción de guerra contendientes.”
Se trata de un juego-experimento que se enmarca en el ciclo de Poemas de la Transición, entendiendo por tal un período que apenas estamos empezando a vivir ahora, “del dominio de la inteligencia humana hacia la eclosión y tal vez imperio, de la inteligencia artificial, que en su desarrollo no deja de preguntarnos sobre la naturaleza de nuestra propia inteligencia, de nuestra identidad como seres humanos”. En este tiempo se barrunta una guerra, que ojalá quede sólo en un temor útil para dar vida a estos poemas, y ya.
Aquí va el primero de los salmos, surgidos de una comunidad superviviente, con fuerzas aún para construir un mundo mejor:
Si ves temblar el aire del amanecer no pares de correr, corre, no pares. Escapa del brillo hipnótico de los nanobots de la última gran guerra y reza con la Comunidad. Reza el canto de los supervivientes, canta el cantar de la Comunidad que no distingue tu rezo del miedo común que trataremos de olvidar en las plegarias cifradas de los sin voz
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