de Gonçalo M. Tavares, el narrador que más me ha impactado desde la irrupción de Bolaño:
En tiempos de poca imaginación se construye una nueva ciencia: la ciencia de formular el amor en frases; como un estudio experimental en el que se supiera de antemano y con absoluta certeza qué efectos pràcticos o consecuencias morales tienen ciertas frases en el cuerpo de un hombre o una mujer en una noche de sábado. (…)
Los períodos en los que existe el miedo no se utilizan sólo para sobrevivir: también para las pasiones efusivas. Pero si la calidad de una generación se mide por la calidad de las frases que utiliza quien seduce, aquella era sin duda una generación mediocre.