A cuenta de la noticia de la reciente desaparición de Juan Pedro Castañeda, que me trajo a la memoria la promoción de poetas jóvenes de los 70 en Canarias, me tuve que poner a trastear en mis estantes y encontré algunas de las revistas de la época que guardo con mucho cariño, porque fueron capturas de mis primeras expediciones buscando poesía más allá de lo ofertado en los programas del BUP. Y en una de ellas volví a dar con un puñado de poemas que en su momento recuerdo que me llamaron mucho la atención, del poeta Ángel Mollá.
Mollá fue amigo muy cercano de Félix Francisco Casanova, y se mueve en ese movimiento de aproximación entre poesía y rock con la que experimentaron entonces -bastante antes, creo, que en otros pagos- ese grupo de poetas jóvenes isleños a mediados-finales de los años 70.
Pocos rastros de la poesía de Ángel Mollá parecen haber quedado y a apenas algunas referencias puntuales se pueden encontrar en internet. Aquí van un par de los que publicó como «Poemas inéditos 1974-76» en la revista de un sólo número «Teresa en el balneario». Lean ustedes.
He conocido personas
cuyas palabras
brotaban como la cerveza
de una lata recién abierta
y en ellas había fluidez
y frescura
e incluso ese poco
de efímero y amargo
que te obliga a tomarlas
en ese mismo momento.…
SAVONAROLA
era virgen e intransigente,
no se le conocía error,
ni amante ni debilidad
(siquiera deliberada).
Solia huir de su lecho
justo antes del amanecer
con la finalidad de que
el pobre edredón
estuviera ya frío con el sol
y éste pudiera calentarlo
más dignamente.
Amaba a los enfermos
y a las viudas
sin miedo a la sífilis.
Estimaba la discreción
como lo que era en su tiempo:
un factor con el que contar.
Y sin embargo
murió quemado vivo
por sus propios cabos sueltos.
Dos poemas de Ángel Mollá http://islasenlared.net/2016/05/14/dos-poemas-de-angel-molla/
Me gustaMe gusta