El Juan de Mairena de Antonio Machado es una fuente de sabiduría epicurea, es de esos libros que casi se pueden abrir al azar sabiendo que vas a encontrar alguna idea, alguna frase, que te va dejar pensando, o que le pueda dar la vuelta completa a tus más consolidados conceptos.Lástima que no se leyera lo suficiente en los tiempos en que fue escrito (su estremecedora lucidez, su visión de lo que estaba por venir te deja helado) ni tampoco en los nuestros. Fíjense, simplemente, en este fragmento y, sí, simplemente (tan simple, tan difícil) lean y piensen:
Para los tiempos que vienen hay que estar seguros de algo. Porque han de ser tiempos de lucha, y habréis de tomar partido. ¡Ah! ¿Sabéis vosotros lo que esto significa? Por de pronto, renunciar a las razones que pudieran tener vuestros adversarios, lo que os obliga a estar doblemente seguros de las vuestras. Y eso es mucho más difícil de lo que parece. La razón humana no es hija, como algunos creen, de las disputas entre los hombres, sino del diálogo amoroso en que se busca la comunión por el intelecto en verdades, absolutas o relativas, pero que, en el peor caso, son independientes del humor individual. Tomar partido es no sólo renunciar a las razones de vuestros adversarios, sino también a las vuestras, abolir el diálogo, renunciar, en suma, a la razón humana.Si lo miráis despacio, comprenderéis el arduo problema de vuestro porvenir: habéis de retroceder a la barbarie, cargados de razón
El párrafo termina con Mairena preguntando a uno de sus alumnos de gimnasia y poética “¿Qué piensa usted Señor Rodríguez?” ¿Qué piensa usted señor, señora, qué piensas tú de lo que nos dice Mairena?
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