y ya sé que estamos en Julio… Unas cuantas Anotaciones, de Rafael Cadenas:
EL POETA MODERNO habla desde la inseguridad.
No tiene más asidero que la vida. Seguramente una voz queda le dice en los adentros:La época de las causas terminó. Ya no puede aferrarse a religiones, ideologías, movimientos, ni siquiera literarios. Se acabaron las banderas. Pero este desengaño lo libera para luchar en otra clave por lo que religiones, ideologías, movimientos dicen defender: lo religioso, lo humano, lo valedero.
Esa voz, que parece la del nihilismo, podría ser más bien la voz de la vida que desea recuperarnos.
Si algo tiene que ver con la poesía es la ignorancia fundamental, el no saber, sobre el cual está erigido el mundo del hombre.
La poesía está en el extremo opuesto de los sistemas.
La sociedad moderna hace de la lengua, que es instrumento de expresión de todo el ser, un artefacto funcional para el intercambio mínimo imprescindible, el que permite la marcha del engranaje. El milagro del lenguaje se reduce al repertorio de sonidos básicos. Tal vez estemos ya en medio del newspeak y seamos tierra abonada para gobernantes autoritarios que destruyen la democracia.
A quienes nos cuesta la expresión, a quienes no usamos con soltura el idioma, a quienes las palabras se nos dan tasadamente, sin largueza, nos alivia lo que dice Bollnow de Rilke: Su lenguaje no nace de la superabundancia. Muestra exigua riqueza léxica. Más bien ahonda en ciertas palabras preferidas.
La facundia, la facilidad de palabra, la verbosidad abundosa constituyen a veces un peligro, cuando no van acompañadas por una vigilancia aguda; en todo caso tienen poco que ver con el espíritu, que es sobrio, y con el alma, que no suele correr.
También tranquiliza aquel lento hacerse de Rilke,paso a paso, desde una escasez»
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