Incertidumbre y esperanza

pueden ser palabras que resuman lo que estamos viendo suceder en varias capitales norteafricanas. Para agarrarnos al lado esperanzado dejo dos poemas aquí: uno, ya repetido en este blog, del poeta marroquí Abdelatif Laabi, pero tan promisorio, y otro del gran palestino Mahmoud Darwix, descubierto donde siempre, en el magnífico blog que cuida su traductora al castellano, Luz Gómez García.

HABRÁ
anarquía de las rosas
perplejidad del desierto
ola en el alma de los ríos
Las mujeres
abrirán la marcha

Abdelatif Laabi (De “Le soleil se meurt” [«El sol se muere»], 1992)

Las ciudades son un olor
Las ciudades son un olor. Acre huele a yodo y especias. Haifa, a pino y sábanas arrugadas. Moscú, a vodka y hielo. El Cairo, a mango y jengibre. Beirut, a sol, mar, cigarrillos y limón. París, a pan recién hecho, queso y cosméticos. Damasco, a jazmín y frutos secos. Túnez, a nardos y sal. Rabat, a alheña, incienso y miel. Una ciudad sin olor no cuenta a la hora de los recuerdos. Los exilios comparten un olor, el de la nostalgia de lo que se fue… un olor que recuerda a otro. Un olor que corta la respiración, tan profundo que te lleva, como un mapa turístico muy gastado, al olor del lugar primero. El olor es un recuerdo y una puesta de sol. Aquí el atardecer es un reproche que la belleza le hace al forastero.

Amar el ocaso no es, como es sabido, uno de los atributos del exilio /

Mahmud Darwix: En presencia de la ausencia (Fi hadrat al-giyab, Beirut, Riad El-Rayyes, 2006)

Cairo Demonstration, 25 January 2011 Courtesy alasmari on Twitter

3 respuestas a “Incertidumbre y esperanza

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