Bernardo Vorace ha vuelto

y parece que vuelve a lo bestia. Yo tuve la suerte adolescente de encontrármelo en aquella edición de Taller de ediciones JB, del 75. En uno de los estantes lo tengo, hecho un asco, teniendo en cuenta que lo considero una joya, pero una joya bien leída y releida, sobada en esa edad feroz que son los años teen. La editorial demipage se ha lanzado a su rescate y reivindicación, con lo cual es posible que Vorace deje de ser un secreto escondido de una cierta secta insular. En buena hora. Qué puede decirse de una novela que empieza así:

Me siento realmente mejor. Las vírgulas de agua en la ventana desdibujan el paisaje, o quizá son mis ojos los que despliegan esta cortina de lluvia a mi alrededor. Creo que he sonreído justo como los moribundos alegres, pero tampoco en esta ocasión termino de morirme. Estoy llegando al colmo de lo grotesco.

y casi finaliza así:

Ahora puedo descansar, dormir, cierro los párpados, seguro que se hace de noche porque he engullido por los ojos toda la luz del sol.

Los que me conocen saben de mi interés por Félix Francisco Casanova desde que una compañera de clase, en un lejano COU, me puso delante varios poemas fotocopiados procedentes de «Una maleta llena de hojas». La compleja simplicidad de sus poemas todavía me deja helado, y con el tiempo compruebo que parecen escritos en esta misma tarde lluviosa en Las Palmas. Ya hablé de esto en otra ocasión. No voy a repetirme. En «Tatuajes» le dediqué un poema: La sombra de Félix Francisco Casanova, sampleando alguno de sus textos y unos rezados isleños.

Así que, si en sus trasteos por alguna librería se encuentran con la bien cuidada nueva edición de «El don de Vorace» (Bien cuidada pero un poco mitómana para mi gusto, como el suplemento de El Mundo, a la caza del guapo/Talentoso/muerto jóven… -el pack completo, vaya- ; lo de la postal con la foto de Feliz Fco., me parece más una cosa de superpop…) no duden en sumergirse en el extraño viaje de Bernardo Vorace, supuesto inmortal o torpe suicida con tendencia a fabular. Parece que Demipage va a rescatar también la obra poética completa de Félix Francisco. Muy bien, no es mala vara de medir a buena parte de la tontería y la impostura contemporanea.

Lo dicho, quizás no les coja con diecisiete años… pero ya verán.

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