de Enrique Falcón, acaba de publicarse dentro de la colección Atlántica de Ediciones Idea. Inevitablemente, de esta última publicación de Enrique hay que hablar.
Es curioso, cómo a veces funcionan las casualidades. Al mismo tiempo que estaba metido en Amonal, andaba también en la lectura de un libro de ensayos de Jean Bollack sobre la obra de Paul Celan titulado «Poesía contra poesía. Celan y la literatura«, y algunas de las cosas que dice Bollack en referencia al autor judío son, creo, perfectamente predicables de los poemas que se agrupan bajo el enigmático título de Amonal :
(…)Lengua contra lengua, el combate se desarrolla ahí, en ese terreno (…) a causa del deterioro y la complicidad de las lenguas poéticas más nobles, de los himnos y de las odas (…) transformó la poesía en un lugar de combate, y no sólo de memoria (…) Contra la corriente que todo lo arrastra, los momentos de resistencia suben a la superficie y orientan las percepciones, ya liberadas, de los prejuicios que las habían ocultado.»
Este collage de frases desordenadas y subrayadas en su momento, se me venían a la cabeza afrontando la lectura, dura, a piña limpia, que es la manera que Enrique exige a quienes se acercan a sus poemas, de Amonal. Si Celan fuerza la lengua poética alemana contra sí misma, para limpiarla de la basura totalitaria y asesina del nazismo, y para denunciar la complicidad de la lengua poética en la elaboración de las retorcidas justificaciones del Holocausto,llevándola hacia una tensión extrema, Enrique trata de romper, asimismo, un silencio.
Enrique nos cuenta muy brevemente en el prefacio el origen de estos poemas «el de la rabia sostenida al desamparo que imaginé en mitad de determinados procesos vitales -políticos- de resistencia. La geografía humana de periferia y la geografía de clases en que se fueron trenzando en ningún sentido son indiferentes a ese desamparo». Expresión de desamparo en medio del conflicto. Un conflicto que vivimos cotidianamente, que se expresa de formas cada vez más violentas, y que, sin embargo, parece mudo, no encuentra las fórmulas para su expresión coherente que nos permita entenderlo, navegarlo, afrontarlo con lucidez. Tal vez esa coherencia resulte muy difícil de encontrar. Enrique se la juega y se juega en cada uno de sus poemas, que son instantaneas del conflicto, desde su mismo centro, en el que Enrique vive y se implica aunque no tenga recetas, ni las quiera.
La pista para acercarse a los poemas de Amonal nos la da Enrique en la cita del primer poema, Protección de testigos. Se trata de una simple ecuación: «dolor que finalmente deviene rabia» en palabras de Roberto Bolaño. Esta idea nos permite entender porqué se quiebran los versos violentamente, y porqué el poeta puede ofercenos imágenes como la de ese alguien que «se maquilla una lágrima con cuchillas de afeitar».
La capacidad visionaria de Enrique llega al extremo en un poema estremecedor: Vientres de Madrid y de Bagdad. Se trata de un poema a la vez duro y dulce. El poeta maldice, pero también recoge los pedazos y les da voz:
Yo cuido de los vientres de las novias perdidas
-los hombros de los niños que han quedado sin hora;
cuido de las oraciones cansadas de la tierra
y del largo cabello de todos nuestros muertos
En otras ocasiones es ácido, laja, y desde su orilla barrial mira y analiza en poemas como «Los pobres se divierten» o «en comisaría». En Amonal cada poema enfrenta una tensión, una cara del conflicto global y local, con una palabra problemática, difícil, «en régimen de aislamiento». Todo Amonal es una pelea con el lenguaje buscando hacerle decir, no lo «inefable», sea eso lo que sea, sino lo tan difícil de expresar, lo tan duro, lo que nadie quiere. Quizás esa sea el verdadero sentido de esa palabra tan manida por poetas y críticos: «aquello que no se puede expresar con palabras», es el reto de la poesía, y estamos rodeados de situaciones ante las que no sabemos qué decir, o el miedo no nos deja decir nada. No podemos decir que no haya tajo para la poesía en estos tiempos. En ese sentido, Enrique nos reta y manifiesta su feroz originalidad en el marco de la poesía española, llena de minuciosos observadores del ombligo propio, o de afinados paisajistas de un espacio en el que el otro desaparece, por molesto y contaminador, otra suerte de exterminio, light, si se quiere. El reto al que se enfrenta el lenguaje de Enrique, su lengua llena de heridas es bien otro, y por eso retuerce la sintaxis y las palabras, de tan afiladas de chocar contra la rabia, cortan.
Bueno, me paro. Gracias a Libro de Notas, aquí pueden encontrar una selección de Amonal y otros poemas realizada para esa referencia de la Red hispana por el propio Enrique. Enfrentense a esos poemas, peleen con sus palabras y con su multitud de sentidos afilados.
Pueden adquirir Amonal y otros poemas aquí.
Buenas tardes Daniel.
Joder con el poema. Tiene la furia de la poesía palestina. Te cuelgo un trocito de Amman en Septiembre de Tawfiq Zayyad, uno de esos poemarios que no te dejan como te encuentran.
» (…)Pero Ammán
no cayó,
aún viste su túnica
color de roja sangre,
con sus fusiles
y sus puñales
y sus uñas
con la carne humana
y la sangre que mana.
Ammán sigue derecho,
en pie,
en pie,
en pie,
y luchando.
Gritan los cuerpos
que se encuentran en las plazas.
Gritan los miembros
dispersos por las calles.
Gritan las flores
sedientas en los balcones.
Gritan las casas destruidas
y las tiendas incenciadas
del campo de «Al-Wehdaat».
Gritan las piedras de las calles de Ammán.
Gritan las pupilas
de los niños asesinados,
y Jordania
degollada por dos cuchillos (…)»
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Ese es un gran libro, sí señor, y pongo yo otro sobre la mesa de otro gran poeta palestino: Estado de sitio de Mahmoud Darwish… y sí, creo que pueden encontrarse lazos entre esa poesía y la obra de Falcón, que tiene en ocasiones fuertes tonos prófeticos que son sondeables en la poesía árabe y judía. El profeta, a fin de cuentas es quien denuncia y quien anuncia (un futuro, un castigo…).
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Es cierto lo de Darwish!!
Veo que compartimos gustos!.
Te gusta la diosa Farrojhzad?.
Creo igualmente que el tono profético, descarnado (y violento a veces) de la poesía árabe tiene mucha de la verdad que hemos perdido en las poéticas que corren. La poesía nece con vinculaciones a los que los hombres consideran la verdad. El mito, la épica, la memoria. Me pregunto si la progresiva metapoetización (vaya palabrita) de la poesía es lo que la ha llevado a ser el ultimo mono del zoo. Piensa p0or ejemplo que en los recitales de Darwish, el público llena estadios.
Un abrazo
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Reconozco sin ambages mi ignorancia. No sé quien es Farrojhzad. Pido info a gritos, agua por señas. Algo de lo que comentas me parece que es bien cierto: Si el poeta es el primero que asume que no tiene nada que decir, no puede pretender que alguien le haga caso, o simplemente se detenga para escucharlo. Aun sabiendo las imposibilidades de la comunicación, el poeta debe forzar el lenguaje para acercarse a esa expresión capaz de estremecer, de expresar lo inexpresable (le tengo manía a la palabra «inefable» qué le voy a hacer. Debe ser capaz de hacer hablar las piedras,de que la historia subterranea, la no dicha, (la inefable, vaya, aquí estoy contradiciéndome) explote. Claro, estos poetas son cuatro, y yo creo que España, ni cuatro, uno de ellos, en todo caso, Enrique… los demás trasteamos con las palabras con mayor o menor fortuna.
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Otra cosa sobre tu sabroso comentario. No sé en Palestina, pero en muchos sitios en Latinaomérica las lecturas de poemas son acontecimientos. Tal vez sea un fenómeno de sociedades en crisis de supervivencia (también pasaba en Rusia con Evstuchenko) o igual no, porque yo recuerdo en La Laguna lecturas de Mario Benedetti con lleno hasta la bandera en un recinto grande… no sé si eso es tampoco un factor de evaluación sobre lo que la poesía es o deba ser.Seguramente no. Sí creo que sí tú mismo decides encerrarte y no salir del circulito de enterados no puedes quejarte de que en una lectura de tuis poemas haya quince personas.También es cierto que poetas desconocidos durante su vida, alcanzan tiempo después de su muerte una gran relevancia por diferentes circunstancias. En fin, que me lío. Y muy resumido. Que creo que poeta debe hacer acto de presencia, no esconderse y quejarse de que no le ven…
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wao! cómo me alegra poder presentarte a Forugh Farrojzad!!. Bueno, pues eso, que es una diosa. La mayor poeta de la historia del mundo (se admite controversia) y una de las mayores cineastas de la historia. Una diosa un mito reciente y futuro.
Nación en Teherán en 1935 y murió en 1967 en medio de «extrañas circunstancias» (¿servicios secretos iranies?). Se casó a los 16 años y tuvo su único hijo a los 17. A los 18 escribió «La cautiva», su primero libro de poemas. A los 19 lo publicó. Fué repudiada por su marido, perseguida por los dirigentes de teherán y apartada de su único hijo al que no volvería a ver nunca. En 1956 tuvo que escaparse de Irán ayudada por la esposa de un catedrátco de la universidad de Teherán. Temía por su vida. Estuvo 6 meses deambulando por Europa, durante los que escribió «El muro» su segundo libro. Se establece en Francia. En 1958 publica «Rebelión» tercer libro y comienza una relacion con Ebrahim Golestan, cineasta persa igualmente exiliado, que la acercará al mundo del cine. En 1964 publica «Nuevo Nacimiento» y el año de su muerte «Tengamos fe en el inicio de la estación del frío». Como cineasta grabó varios cortometrajes, pero sin duda el más grande de ellos y de todo el cine oriental es sin duda «La casa es negra» que inaugura toda la tradición del cine iraní contemporáneo y que ha sido injustamente olvidado. Una obra de arte terrible, dolorosa, que te destroza por completo. Una anécdota de ese rodaje es que Forugh adoptó a un niño nacido en la leprosería de Tabriz, en la que rodó el corto. Esta noche te copio unos poemas de «Nuevo nacimiento», mientras tanto éxale si quieres un ojillo a esta page:http://www.forughfarrokhzad.org/ tienes fotos una biografía extensisima y entrevistas. Ya verás como poco a poco te vas enamorando de la diosa. ES ya pero estoy seguro que lo será cada vez más un mito sobre la libertad del individuo frente al mundo, las tradiciones y las fuerzas del poder. Como ella decía: «si sólo quedará lavoz…¿Por qué callarme?».
Un abrazo Daniel, luego te amplio la información.
Otra cosa. Si vives en Tfe puedo pasarte una copia de su film. Déjame una dirección en el mail.
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Gracias de verdad Polizón. Espero la ampliación aunque me pongo ya a margullar. No vivó en Tenerife (viví muchos años en Tenerife, en Santa Cruz y después en La Laguna, desde los 14 hasta los 27 años, cuando me preguntan que de donde soy, Tenerife suele ser la respuesta corta). Pero llevo ya también muchos años viviendo en Las Palmas. Pero seguro que tendremos la ocasión de coincidir en alguno de los saltos que suelo dar para allá 🙂
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